Querido
Pedro:
Recuerdo el
primer día que te viniste a la montaña, fue de la mano de tu gran amigo Antonio
“todo arte”… Fuimos al Yelmo y te gustó. Y te gustó tanto que a partir de
entonces, te volviste de los incondicionales…¡no te dejabas una!. Luego vino tu
primera travesía en Cazorla, la emoción que te invadía y tu manera de
transmitirla cuando acabó todo. Después subirías a Goriz pese al mal tiempo que
hacía… tu primera experiencia en alta montaña. Y el verano pasado en los Picos
de Europa; recuerdo que estabas orgulloso de lo conseguido.
Ahora te
has ido de nuestro lado, y te echaremos mucho de menos. Y a tu agradable
conversación, que entre tú y yo ¡casi siempre salían nuestros nietos! Tu
compañía en la montaña sí, pero también en los finales de fiesta. Porque esta tarde
se atropellan las palabras, como el rocío al paso de tus botas van saltando
los recuerdos y me pregunto quién cantará las canciones de los Beatles con
Pablo ahora, y quién bailará conmigo el Rock and Roll y demás coreografías de
los 70… porque aunque la edad se nos notara, lo importante siempre era pasarlo
bien. Y así fue, y lo conseguimos, pero todos los que estábamos a tu lado. Un
final de temporada en Ayna ya no será lo mismo sin ti.
Gracias por
habernos permitido ser tus amigos.
Un beso
fuerte donde quiera que estés.
Maica.
En nombre de la familia .muchas gracias por esta carta tan bonita,refleja la personalidad "blanca",dulce y transparente de Pedro,...subiendo montañas...
ResponderEliminarUn Saludo cordial para todos.
Gracias.