miércoles, 7 de marzo de 2012

Vía Ferrata del Cid, 9 de febrero del 2.012 (Petrel / Alicante)

El pasado 19 de febrero, en un estupendo y soleado día para la práctica de las actividades de montaña, nos desplazamos a estas sierras alicantinas, con un relieve muy característico, donde destaca La Silla del Cid, en forma de meseta elevada, conocida también como "Castillo", por la paredes rocosas que la rodean, al pie de la localidad de Petrel (Alicante), donde Rafael Botella y Juan Montesinos, en 1970, abrieron la vía clásica de escalada, que por la cara Norte, les dejaba en la cumbre.
En 1972, deciden reequiparla, introduciendo variantes, y añadiendo un cable de seguridad, que hacen que más escaladores la intenten. En la actualidad ha quedado como vía ferrata, muy interesante, y con un nivel técnico de cierta envergadura, con pasos de IV en roca, y algún posible IV+ o V.
DATOS. Tiempo.- 45 minutos de aproximación / 2 horas para la vía / 1 hora descenso.
El coche lo dejamos en el aparcamiento de la Casa del Forestal, no sin antes haber dado varias vueltas por Petrel hasta encontrar el camino; afortunadamente, siempre hay algún paisano amable que nos indica, e incluso, como en nuestro caso, que nos acompaña hasta dejarnos en el mismo carreteril que debemos seguir. El aparcamiento es un ensanche donde termina el asfalto y comienza una pista de tierra, que recorre la ladera Norte de la montaña, donde los pinos se han asentado, hasta el collado que separa este valle de la vertiente que se introduce en la zonas montañosas del Xorret del Cati, famosa por la etapa de la Vuelta Ciclista a España que termina en este paraje.
Nos ponemos los artilugios (casco, arnés y herrajes), y el calzado. Esta vez, la mochila va a llevar poco peso, por el día radiante, aunque no vamos a sentir el calor de los rayos del sol, mientras que no alcancemos la cumbre. Vamos caminando por la pista de tierra, siempre con una pendiente moderada, aunque en algún punto donde esta se agudiza, la han en cementado. Tenemos en la zona abierta, a nuestra izquierda, toda la planicie donde se asientan Elda y Petrel, y a la derecha las laderas de la Silla del Cid.
Transcurridos unos 45 minutos, y cuando la pista empieza a descender, encontramos, a la derecha, unos grandes mojones que nos indican el inicio de la “vía”. Un primer tramo con unas cadenas y escalones, de fácil progresión y poca pendiente, nos deja en una vira. Tras recorrerla unos cientos de metros llegamos a una repisa, donde comienza la vía ferrata a discurrir con trazado vertical. Comenzamos con unos pasos II y III, solo con la seguridad del cable de vida, pero con fáciles agarres a la roca. Empezamos a sentir la verticalidad, al ver como la pista se va quedando muy abajo.
Por ahora vamos disfrutando, con algunos pasos más empinados, pero asegurados con escalones, y trepadas en roca, pero siempre llevando la seguridad del cable, que nos acompañara hasta la cumbre. Sentimos fluir por primera vez la adrenalina, cuando nos encontramos con los primeros pasos IV de escalada, sin escalones metálicos, que atacamos disponiendo de muchos agarres. Pero estos están desgastados, muy pulidos por el paso de los escaladores, y tenemos que agilizar la vista y el tacto para encontrar las presas. La pared se inclina; notamos el vacio debajo de nuestros pies. Totalmente concentrados, no nos hablamos, ni pensamos. Una zona de escalones que nos deja en una repisa, y aprovechamos para beber agua, y relajarnos unos minutos, comentando que, a pesar de la dificultad, no hemos pasado malos momentos: la vía está bien equipada, y esto da seguridad.
Pero ha transcurrido mucho tiempo desde la última vez que nos enfrentamos a estos retos, sin sentir estas sensaciones, y hay que volver poco a poco a entrar en materia. La realidad nos despierta de nuestra relajación con otro tramo de escalones, que termina con una escalada IV en roca. Afortunadamente, se deja hacer, ya hemos ganado algo de experiencia, y ahí es cuando comenzamos a disfrutar. Llegamos a un falso llano, donde una sencilla placa en memoria de un compañero caído, nos dice que estamos haciendo un deporte extremadamente peligroso, y que nunca podemos abarcar por encima de nuestros conocimientos técnicos y condición física.
El siguiente tramo es muy vertical, pero muy equipado de escalones; también encontramos muchos agarres en la roca para pies y manos. Estre tramo nos introduce en una chimenea que nos deja en la explanada somital. De aquí nos vamos directamente hasta el mojón de piedras de la cima (no hay punto geodésico), donde a uno de los muchos senderistas allí congregados, le pedimos que nos haga la foto de cumbre, y deje para la posteridad el abrazo de satisfacción por el objetivo cumplido.
No podemos olvidar que estamos en la Comarca del medio Vinalopó, y tenemos la suerte de estar en un mirador natural de todo el valle, donde podemos plasmar toda su belleza con nuestras cámaras fotográficas. El regreso por el sendero PR, que en principio desciende por la cumbre, para girar hacia la vertiente Norte y en curvas y diagonales suaves, nos deja de nuevo, en el aparcamiento de la Caseta Forestal, inició de nuestra aventura. Solo nos queda el recuperar fuerzas, con un buen vino, con denominación de origen de la tierra, y viandas de la comarca.
Amigos, hemos pasado una buena mañana de montaña, cerca de Albacete, con una actividad novedosa, que cada vez tiene más practicantes, y que permite acceder a las cumbres por zonas que hace años era impensable para un nivel técnico medio en escalada. A los quince días un grupo de 8 personas recorrieron las Vías Ferratas de Villena, de un nivel técnico más bajo, equipadas con escalones y cable de seguridad en su totalidad, y donde se salvan dos pequeños barrancos, a través de puentes tibetanos.
Manuel Novés Parras.

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