sábado, 7 de abril de 2018

Mapa y perfil de la ruta “Peña de San Blas y Cañones del Segura”.-


Actividad prevista para el sábado, 14 de Abril de 2.018.-
La Peña de San Blas es la montaña de Elche de la Sierra. Cuando entramos al pueblo por la carretera CM-412, desde Hellín, camino de Riópar o Yeste, es el cerrón que vemos a la izquierda, justo al Sur de la localidad. Forma una cresta alargada, de Este a Oeste, mas abrupta del lado oriental y con caída progresiva del lado occidental.
El río Segura, que viene desde sierras andaluzas de Jaen, también discurre en esta zona, aún más al Sur de la Peña de San Blas, haciendo frontera con Letur y Férez, y formando cañones que la erosión y el paso del tiempo les han dado profundidad y cerradas paredes.
Nunca hemos recorrido camino por esta zona, y nuestro compañero Ángel Robles nos ha preparado una ruta magnífica, muy variada, atravesando entornos de especial belleza, y con pasos que le van a dar emoción y aventura.
Empezaremos subiendo a la Peña de San Blas, de 871 m de altura. Nos desplazamos hasta la aldea de Villares, en su falda, pequeña y con historia. Será el punto de partida y final del recorrido.
Desde la plaza, descendemos hasta la la Rambla de la Anchura, por una sendilla que bordea la aldea, poco asentada y con gravilla, pero corta. Cruzada la Rambla, tomamos el camino que discurre por la falda Norte, y que recorremos un trecho para desviarnos después, a mano derecha por otra senda que nos devuelve a la rambla, porque no queremos dejar escapar la ocasión de contemplar un acueducto, vestigio del pasado árabe de la zona, escondido y olvidado, pero que nos sorprenderá.
Comenzamos el ascenso por estrecha senda que nos devuelve al camino, pero que cruzamos sin seguirlo, para afrontar sin titubeos la subida a la Peña. La subida es muy intensa, tanto como estrecha la senda, con fuerte pendiente que pondrá a prueba nustros pulmones. Poco a poco y con con alguna parada para recuperar el aliento, llegamos hasta el collado en la cresta. El esfuerzo merece la pena. Las vistas son espectaculares. Desde este punto, cresteando entre rocas y con algún paso algo aéreo pero que no supone ninguna dificultad, llegamos a la cumbre. Si en el collado las vistas eran buenas, aquí son definitivamente estupendas. Merece la pena, desde luego.
Volvemos otra vez al collado para iniciar el descenso y encaminarnos hacia el cerro del Agua, que tenemos enfrente, una molata caliza que rodearemos por la derecha. La bajada es muy vertiginosa, por una senda descompuesta que ofrece poca seguridad, pero que, con la debida prudencia, se baja sin dificultad. Al poco, se hece mas llana y se difumina entre el esparto y los romeros, pero pronto llegamos al camino de Yeste, al otro lado del cerro del Agua, donde se cruza el camino de la Longuera. El firme es bueno y se avanza rápido. Cuando entramos en el Tarazo y comenzamos a descender con más pendiente hacia la Longuera, encontramos, a la izquierda, la traza del antiguo sendero de herradura que baja hasta el río segura. Lo tomamos, dejándose contemplar el cañón del río. Tenemos una vista desde lo alto realmente magnífica.
Bajamos hasta la vega siguiendo el camino que baja desde el cortijo de la Longuera. Llegamos hasta donde empieza a cerrarse el cañón, cerca de la finca de Los Bancalicos, donde se encuentra el puente que cruzamos para remontar el cañón, siguiendo el sendero amplio y marcado, que cada vez se empina más.
La senda se sube bien, y al poco estamos en el borde del cañón. Otra vista magnífica. En lo alto, tomamos el camino de los Chorreones, una pista camino que, por el barranco del Regalí, primero, y por el del arroyo de Peña Bermeja, después, nos va a dejar a orillas del Segura de nuevo.
Y si queremos volver otra vez a la aldea de Villares, no queda otra que chuzar el río por el cauce. Es una zona, esta de la desembocadura del arroyo de Peña Bermeja, bastante favorable, poco profunda y llana, pero que obliga a mojarse, preferiblemente sin botas, con algún calzado ligero adecuado, y con la ropa, de cintura para abajo, que el decoro y el podor aconsejen a cada uno. En fin, la última vez que cruzamos por ahí el agua subía en algún momento, por encima de la rodilla de una persona de estatura media. Es conveniente la ayuda de un bastón por lo irregular del piso, formado por cantos de buen tamaño, y por la fuerza del caudal: La velocidad con la que baja el agua, no es muy rápida, pero se nota.
Después de la refrescante experiencia, tomamos la pista que cruza el camino de Yeste a la salida del barranco de Andrés. Desde el río hasta terminar hay una hora de camino. Cruzanso la rambla del arryo de la Anchura por el área recreativa, subimos de nuevo a la plaza.
Habremos recorrido unos 23 km, con unos 750 m de desnivel acumulado. Catalogamos la actividad como de nivel III, que supone recorridos en Media Montaña, con desniveles grandes que pueden superar ocasionalmente los 900 m, rutas de larga duración, entre 6 a 8 h. Este tipo de rutas requieren experiencia en senderismo y buena condición física.




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