miércoles, 20 de noviembre de 2024

Mapa y perfil de la ruta “De los Vizcaínos a Los Alejos por los viejos senderos del río Mundo”.-

 Actividad prevista para el sábado, 30 de Noviembre de 2.024.-

En los tiempos en los que no existían vehículos autopropulsados, e incluso mucho tiempo después, los senderos que se recorrían a pie o senderos de herradura, construidos con pendientes y firmes adecuados para el transito de caballerías con pesadas cargas, eran los que permitían la comunicación entre aldeas, caseríos, cortijos y pueblos de los entornos rurales y serranos. Se han utilizado desde hace muchos siglos hasta la llegada de los automóviles y del asfalto. Algunos quedan en uso, muy, muy pocos, como único medio de paso entre núcleos poblados. De hecho, la mayoría de los pequeños núcleos de población por donde o adonde no llega la carretera, han terminado abandonados.
En nuestro río Mundo, desde Riópar hasta Liétor, abundaban caseríos y aldeas que se comunicaban con una extensa red de senderos que bordeaban su cauce. La mayoría se encuentran con mucho deterioro o directamente, se han perdido, por derrumbes, invadidos por la vegetación o erosionados por corrientes de agua de lluvia o nevadas.
Nuestro compañero Sebastian Cano nos propone recorrer algunos de esos senderos para ir desde la aldea bogarreña de Los Vizcaínos hasta la aldea moliniquense de Los Alejos, transitando por las proximidades del cauce del río Mundo, de Este a Oeste.
Las sendas están, en su mayor parte, perdidas, sin transito ni mantenimiento. Solo el atractivo turístico o el transito de alguna competición de Trail o BTT las mantiene abiertas. Desgraciadamente, a la mayoría, nuestra red de senderos de pequeño o gran recorrido, no las incluye. Es una pena. Pero, en fin, por la dedicación y esfuerzo de Sebas, y con algún arañazo que otro por la limpieza de las zarzas y la vegetación, confiamos en que esta ruta os guste. Es preciosa.
Desde las casas de Los Vizcaínos, nos dirigimos, por la carretera asfaltada hacia el Sur, hacia Las Juntas del Río Bogarra y el Mundo. Pero enseguida dejamos el asfalto tomando un senderillo a mano derecha, a la altura de las últimas casas, que asciende con decisión, ladera arriba, paralelo a la carretera. A los doscientos metros encontramos una bifurcación, a la derecha, pero seguimos en el mismo sentido, a mano izquierda.

La senda se prolonga entre pinos y algunos viejos bancales de almendros y olivos, en constante subida, hasta cota 940 m, unos ciento sesenta metros de ascensión, y un kilómetro desde la partida, sobre una pared vertical. Aquí la senda gira un poco a la derecha para seguir la ladera, e ir bajando, con menos arbolado y más matorral.

Trescientos metros más adelante llegaremos a las ruinas de un antiguo edificio y una pequeña era.

Saltaremos el colladillo siguiendo la senda, muy perdida, para cruzar el barranco de un arroyo seco, otros trescientos metros más adelante.
Bajaremos el barranco, volviendo a cruzar el arroyo. Es posible que la senda original no lo cruzase arriba, y bajase directamente por la margen izquierda, pero como está muy perdida, optaremos por el mejor paso abierto.
Llegamos al cauce del río Mundo. Llevamos 2,4 km y unos 180 m de subidas. 

Caminaremos ahora por la margen izquierda, a mano derecha de la bajada, por terreno llano y parajes ribereños preciosos, con aguas cristalinas y pozas.

Avanzaremos bastante cómodos unos quinientos metros, hasta que encontramos un desprendimiento y la senda queda cubierta por la vegetación.



Avanzaremos un poco más para tomar un desvío a mano derecha, con la senda perdida y fuerte pendiente, para subir unos 80 m sobre el río, y llegar a un abrigo donde, sorprendentemente encontramos ruinas de una antigua casa y un horno bien conservado.


Las ruinas revelan que la construcción no es tan antigua como pueda imaginarse. El panorama es magnífico.

La salida del abrigo se hace por una estrecha senda, algo cerrada por la vegetación, y tallada sobre la pared del barranco del cauce del río. Encontraremos algún paso aéreo, pero sin que sea ni demasiado expuesto ni difícil.


Doscientos metros más adelante encontraremos otro abrigo. En realidad, la pared está salpicada de estos abrigos con ruinas. Estaremos inmersos en el cañón del río Mundo.

Saldremos del cañón por el arroyo del Picayo, otros doscientos metros más adelante. Pasaremos por una pinada al borde del cañón, que nos permitirá increíbles vistas.

Nos encaminaremos ahora hacia la vieja aldea de Las Toñeras, en ruinas y ocupada por algunos personajes alternativos.
Desde el arroyo del Picayo, subiremos hasta cota 886m, unos cien metros de subida, y unos 800 m de recorrido por el borde del cañón. En este punto comenzaremos una fuerte bajada para cruzar el arroyo del Vado Morote, por una ladera caliza descompuesta, con la senda muy perdida y terreno difícil, por la pendiente y lo deslizante de la piedra piedra suelta. Habrá que extremar la precaución e ir despacio. Cruzaremos el barranco tras trescientos metros de recorrido y unos 90 de bajada. Nada más cruzar encontraremos de nuevo la senda, ya mucho más cómoda, que nos llevará a Las Toñeras.
Como decimos, está en ruinas, pero desde hace tiempo, algunas casas están siendo recuperadas y ocupadas por gente joven bastante alternativa y singular, con el anhelo de llevar otro ritmo de vida.
Cruzaremos la aldea por la parte alta, y continuamos en dirección Oeste, buscando el paso de otro barranco, que realizaremos por unos escalones que forman las piedras del estrecho cauce. Hasta aquí habremos caminado unos cinco kilómetros, con unos 450 m de subidas acumuladas.
Nos dirigiremos hacia el Oeste bordeando las laderas del cauce del río Mundo, buscando el arroyo de los Vadillos. Tras subir unos 80 m en quinientos metros de recorrido, en las faldas de la meseta de Majallana, rodeados de pinos, la desdibujada senda desemboca en un camino algo más ancho, pero más claro, que seguiremos por la izquierda. Y un kilómetro cuatrocientos metros más adelante, tras cruzar el cauce de una torrentera, llegaremos a una pista que baja a Los Vadillos. Un kilómetro después, bajando y atajando algunas curvas, y parándonos alguna vez para contemplar el panorama, llegamos al arroyo. Nos internaremos por él para descubrir un cañón espectacular esculpido en la roca, hasta que el agua del río y una fuerte caída del agua nos impida el paso. Sin duda es uno de los parajes más singulares de nuestra sierra.


Volveremos por nuestros pasos para retomar el camino, que ascenderá, por un espectacular sendero de herradura mejor conservado que los andados hasta ahora, hasta la Loma del Cencillar y las casas de Cabezallera. Serán más de 200 m de subida, en dos tramos, uno de mayor pendiente, con senda, y otro más tendido, con camino más ancho, en unos dos kilómetros de recorrido.




La senda nos llevará ahora, por pinadas más o menos cerradas, primero al barranco del Saltador, que cruzaremos por una rambla arenera, y luego a los Garitos, subiendo, para bajar definitivamente a los Alejos, por un promontorio que nos llevará a la Hoya de las Monjas, donde cruzaremos el cauce de un arroyo, y ya con menos pendiente, pasando entre bancales de almendros y olivos, llegaremos al barrio Norte de Los Alejos. Hasta aquí habremos andado unos 13,3 km, con unos 1000 m de ascensión acumulada.
Bajaremos al río, cruzándolo por el puente y, después de admirar las paredes de toba esculpidas por el agua, subiremos las calles en pendiente hasta llegar a la carretera.
Habremos recorrido unos 14 km, con algo más de 1.000 m de ascensión acumulada.
La actividad la clasificamos como de nivel III, que supone

  • Recorridos en Media Montaña.
  • Recorridos con desniveles grandes que pueden superar ocasionalmente los 900 m.
  • Rutas de larga duración, entre 6 y 8 h.

Este tipo de rutas requieren experiencia en senderismo y buena condición física.


– oo O oo –