Crónica de Emilio Lorenzo de su participación en la MARATÓN
DE VALENCIA 2014
Me
enfrento a mí primer maratón, algo desconocido para mí, creo que lo he
preparado bien, pues llevo meses de entrenamientos, pero las dudas siempre
rondan. Desde que se me ocurrió apuntarme allá por el mes de junio.
El
sábado 15, he quedado con el compañero Antonio Lopez, todo un crack en esto de
las carreras, en la Ciudad de las Ciencias, donde recogeremos el dorsal. Al
amigo Antonio no lo conozco desde hace mucho tiempo, un saludo hace unos dias y
el fin de semana que coincidimos en Tús, pero nos une la afición a la montaña y
el running y creo que a partir de ahora, el trail, además de ser más o menos de
la misma quinta.
Después
de recoger el dorsal, quedamos por la tarde para tomar una caña, con nuestras
familias y quedar para el día siguiente, para hacer la salida juntos. Acordamos
vernos a las 8:30 en un punto determinado, llego un poco antes y caliento por
los alrededores, hasta la hora acordada, ya hay bastante gente y me dirijo a
encontrarme con Antonio, donde creo que hemos quedado, pasado un rato, tengo
que reconocer que no tuve la paciencia debida, me dirijo a mí cajón de salida,
será dificil de encontrar a Antonio.
Bueno
en esto que el maratón se pone en marcha, buena temperatura y algo de viento,
los primeros kilómetros al trote, hay más corredores que espacio para correr,
viene bien para liberar tensiones y poner las ideas en orden. La primera vez
que miro el cronómetro estoy en K-5, primera referencia 24 minutos, voy bien,
hasta el K-10 no vuelvo a mirarlo, 47 minutos, todo según lo previsto, en esta parte
de la carrera los kilómetros caen rápido, 15,20 y Medio Maratón, 1:39:30, un
buen tiempo. En este punto ¡Vamos, Emilio, vamos! recibo un gratificante grito
de animo de un desconocido, grito que se repetiría algun vez más, un poco más
adelante, saludo a un paisano de Hellín, su camiseta lo delata, le deseo suerte
y sigo mí camino.
Hasta
el K-30, todo va bien, a partir de este punto, el cansancio empieza a aparecer, los kilómetros se hacen eternos,
31,32,33,34, voy resistiendo, pero ya no voy tan fresco, sobre el K-36, me
alcanza el paisano de Hellín, que yo creía haber dejado bastante atrás, me doy
cuenta que he bajado el ritmo, pero tengo fuerzas para seguirlo, un par de
kilómetros, donde el paisano empieza a flaquear y yo empiezo a recuperarme,
después de haber ingerido el ultimo gel, del pack de tres, un rato antes, sobre
el K-34 (gel de frambuesa y cafeína, me han dicho que es la bomba). Estoy en la
parte final de la carrera, a algunos corredores le va pasando factura el
cansancio o las lesiones, pues van andando hacia la meta, yo ya veo los
emblemáticos edificios de Calatrava, un gran pasillo de gente , me espera hasta
el final, el griterio es ensordecedor, los niños alargan su mano, para chocarla
con la nuestra, me siento protagonista, entre tanto actor principal, -publico y
corredores, corredores y publico- gritos de ¡Vamos, Vamos, que lo tenéis
hecho!,¡ PAPI, PAPI!, es mí hija y mí mujer, que me has seguido, toda la
carrera y es la cuarta o quinta vez que me ven, con este ultimo aliento, tengo
la meta a mí vista, último tramo, pasarela de moqueta azul hasta la meta,
parece que estoy en una nube, 3:22:24. Mí sueño se ha cumplido: Hacer mí primer
maratón.
EMILIO
LORENZO
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