jueves, 9 de febrero de 2012

A Aitana (1557m) por el Castell de Confrides.

Sabíamos a lo que íbamos, no a deleitarnos plácidamente en la cima conseguida, o en algún rincón singularmente sugestivo contemplando el horizonte, sino a transitar por la más cruda y dura expresión de la Montaña, pero es esto a su vez lo que la hace bellísima y extraordinaria; temperaturas de -6º con vientos de 25 km/h, rachas de 50 y sensación térmica de -15ºC.

Pero hacia allí fuimos seducidos y allí fuimos maravillados, porque “hacer montaña” es lo que realmente nos gusta.
Ya sabéis…“Somos los del Sierra”.
MEDIO NATURAL: Sierra de Aitana (Alicante)
ACTIVIDAD: Benifato (650m) – Castell de Confrides (1.175m) – Fuente de la Forata (1.390m) – Pas de Rabosa (1.460m) - Pico Aitana (1.557m) – Port Tagarina (1.250m) – Fuente del Partagat (1.000m) – Benifato (650m).
FECHA: 4 de febrero del 2.012
DISTANCIA: 21,900 kilómetros
DESNIVEL: 1.300 METROS +
ORGANIZA: Club de Montaña Sierra de Alcaraz de Albacete
PARTICIPANTES: 20 montañeros
La Sierra de Aitana se encuadra dentro del Sistema Bético, en su extremo más oriental, en la comarca alicantina de la Marina Baja, que da sus últimos coletazos en el litoral, con un relieve muy accidentado, predominando el roquedal en las partes superiores. En esta vertiente se encuentran las alturas principales, como Aitana y Peña Alta. Su estructura calcárea, con cumbres muy amplias, forman grandes calares. Estos recogen las aguas de la fundición de las nieves y lluvias, y como grandes esponjas las chupas a sus entrañas, dando origen en sus faldas a multitud de fuentes de agua cristalina, y a su vez a nacimiento de arroyos y ríos que desaparecen antes de llegar al mar, principalmente por la explotación humana.
Tenemos dos objetivos, uno histórico, el Castillo de Confrides de origen árabe, y conquistado para el cristianismo por el rey Jaime I en 1.264, y otro, ascender a Aitana, máxima elevación de la provincia de Alicante, y segunda de la Comunidad Valenciana, solo superada por el pico Calderón en la Sierra de Javalambre (Rincón de Ademuz).
A las diez de la mañana el autobús nos deja en Benifato, tenemos un extra de cuatro kilómetros, no podemos llegar a la fuente de Partagat (inicio y final de la ruta), por las condiciones climáticas tan adversas, que ha dejado toda la sierra cubierta de nieve, y las bajas temperatura han provocado placas de hielo en el asfalto. El frio es intenso (-4º), pero lo peor el viento, que lo vamos a sentir, cuando la falda de la montaña no nos proteja.
El paraje por donde discurrimos, son paramos de altura, desplomándose al valle del río Guadalest, y este flanqueado por la sierra de Aitana (la que recorremos), y la de Serrella que mueren en el Mediterráneo, donde proliferan pequeños cultivos de olivos y almendros, estos en flor, entre la nieve. Aquí aparecen pequeños pueblos serranos, como Confrides, Benifato y Guadalest.
Cogemos la carretera que asciende al paraje natural de la fuente de Partagat, y a unos dos kilómetros, giramos a mano derecha, por otra carretera de servicio de algunas Masías (casas de labor). Poco después cruzamos el arroyo del barranco de la Favara, desviándonos a la izquierda por un camino de tierra; desde ahí podemos observar los primeros “campanos” de hielo y sus aguas congeladas. Cruzamos varios caminos y pistas para salvar las lomas en la ruta, pero siempre teniendo presente el roquero donde se asienta las ruinas del Castillo, y el collado, donde termina el camino, que nos separa de la pared de más de 100 metros que tenemos a nuestra izquierda, que aparenta ser una buena zona de escalada para acceder a la planta del Castillo, pero pensamos que debe estar muy descompuesta, cuando no tiene reseñas.
Conforme vamos ganando altura la capa de nieve aumenta, en especial en las zonas de umbría. El frio es seco, pero hay veces que el viento sopla a sus anchas, hay que abrigarse con todo lo que tenemos, podemos tener una sensación térmica de más de -10º. Aunque parezca que no se puede subir al Castillo por lo abrupto donde se asienta, en el collado aparece una senda pedregosa y peligrosa por la nieve y hielo que nos obliga a subir con los cinco sentidos. En el resguardo de sus ruinas podemos disfrutar unos instantes de todo el valle, dominado por el pintoresco pueblo de Guadalest.
Volvemos al collado, y entre el manto nival, aparece el rastro del sendero de nuestra ruta. Por unos instantes nos imaginarnos que estamos en otras latitudes y macizos montañosos. Terminamos en una pista que tomamos a la derecha. Damos un giro a nuestra marcha, empezando a encarar la montaña, salvando los montículos y espolones que conforman sus laderas, entre pequeñas masas forestales de pinos. De cuando en cuando atajamos por alguna senda y vaguada, que nos permiten llegar a la fuente de la Forata.
Aquí se juntan los senderos PR CV 20 y 21, que unen los distintos pueblos de la comarca, y la fuente de Partagat con la cumbre de Aitana, nuestro objetivo… y el del Ejército del Aire, que ha construido un Radar de Alerta y Control, y varias antenas de telecomunicaciones, que, al encontrarse valladas, nos impiden llegar al vértice geodésico; pero nos conformamos con alcanzar la cumbre auxiliar, donde cada uno de los montañeros que llegamos añadirá una piedra más a un mojón, el mojón de Aitana, con el ánimo de superar la altura que nos está vedada.
En este punto parte un sendero para salvar la muralla de piedra que se encuentra delante de nosotros, con un paso espectacular y vertiginoso en su final, el Pas de Rabosa, que nos obliga a una corta trepada, a dar un paso casi aéreo, y al paso estrecho a través de una grieta, con dificultades para los voluminosos, que queda invisible desde abajo, donde trepamos, y que guarda el paso a una “diaclasa”, y al “calar” de Aitana. La nieve, el hielo y el velglas, nos ha mantenido en cálida tensión y muy ocupados, pero rapidamente volvemos a la fría realidad azotados por el viento que campa a sus ancha en la meseta. No hay opción más que la de ponernos todas las prendas que llevamos, y cubrirnos sobre todo manos y caras: Estamos sobre los 15 grados bajo cero de sensación térmica. Rápidamente hacemos más alto el “mojón” de cumbre, y bajamos al “trascacho” de la grieta, para recuperar fuerzas.
La nieve y el viento han borrado la senda, pero la huella de los que nos han precedido, nos deja en Aitana y cerca de sus 1.556 metros. Solo tenemos tiempo de hacernos la foto de cumbre y de ojear las instalaciones militares, a la izquierda. En un día normal y soleado, es imprescindible recorrer la cuerda por su vertiente norte y disfrutar de sus farallones y cortado, pero hoy no es el día, y hacemos con diligencia.
Subimos y bajamos, pasando por otras cotas, pero siempre descendiendo en altura, y de cuando en cuando, detrás de algún chaparro, nos detenemos un instante para disfrutar de la vista de la costa mediterránea, desde Denia hasta Alicante, y del Peñón de Ifach, y la mole del Puig Campana, que nos oculta la ciudad de Benidorm.
En el Collado, aparece la pista que, por la cara norte, a la izquierda, nos deja en el área de recreo de la Fuente de Partagat, y en la carretera de servicio que desciende hasta Benifato. No podemos dejar de comentar la imprudencia de muchas personas, que, por evitar caminar unos centenares de metros, se arriesgan a circular con el coche, sobre el firme helado, para llegar hasta el costero de nieve y, con vestimenta y calzado a todas luces y como poco, inadecuados, jugar un rato con la nieve.
Son las cinco y media de la tarde. Hemos llegado hasta donde nos aguarda el autobús. Nos esperan unas buenas rubias espumosas…, pero esto es otra historia.
Manuel Novés Parras.

1 comentario:

  1. Una lastima perderme esta ruta tan preciosa... Un saludo para los compañer@s de Sierra de Alcaraz!!!

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